En cuanto a la seguridad social de los habitantes de nuestro país, debo mencionar que históricamente las instituciones fueron naciendo a partir de los años 40 del siglo pasado y por supuesto representaron un gran avance en lo que a servicios de salud
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Por: Luis Escobar Ramos / www.muraleducativo.com

Para concluir con este asunto, abordaré otra vertiente importante del acontecer de nuestro país y este es el referente al sistema nacional de salud en su conjunto y  hago la aclaración; ya que, aunque existen esquemas como el del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que es el más amplio; debido a que brinda atención a más de 77 millones de mexicanos (datos IMSS 2024); el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que atiende a 14 millones de derechohabientes (datos ISSSTE julio 2025); el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores de las Fuerzas Armadas (ISSSFAM), que cuenta con un aproximado de 1.2 millones de derechohabientes; además existen Institutos locales de seguridad social y el resto de los habitantes son atendidos por la estructura de la Secretaría de Salud federal; lo que nos permite ubicar lo fragmentado del sistema, lo que dificulta sobremanera alcanzar objetivos de cobertura y calidad de los servicios.

En cuanto a la seguridad social de los habitantes de nuestro país, debo mencionar que históricamente las instituciones fueron naciendo a partir de los años 40 del siglo pasado y por supuesto representaron un gran avance en lo que a servicios de salud y pensiones se refiere; puedo atreverme a decir qué, al igual que en la educación, vivimos un periodo de casi 40 años en los que dichas instituciones crecieron y se consolidaron.

Sin embargo, al llegar a la década de los 80, con el impulso del modelo neoliberal, el énfasis cambió; es decir, ya no fue prioritario fortalecer el sistema público de seguridad social, sino que establecieron una estrategia consistente en su privatización; lo que nos ha llevado al deterioro del andamiaje de servicios públicos de salud y pensiones y el impulso y fortalecimiento de la medicina privada, que se ha convertido en uno de los negocios más rentables en el país; de igual forma, en el año de 1995 concretaron  el desmantelamiento del sistema público de pensiones, permitiendo la llegada a México del esquema conocido como cuentas individuales o capitalización individual; entregando con ello al capital extranjero y trasnacional los recursos de los trabajadores tanto del sector público como privado.

Desde ese momento, las pensiones de las y los trabajadores mexicanos han entrado en una espiral negativa; a tal medida qué; después de más de 20 años terminaron por reconocer que ese esquema de ahorro, más no pensionario; no daría para otorgar tasas de reemplazo dignas; lo que motivó que el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador realizara en el año 2020 un primer tibio ajuste al esquema pensionario, pero sólo al Apartado A, es decir; a la Ley del IMSS y dejando pendiente el resto de los esquemas.

No obstante, lo ya narrado; el pasado año 2024, nuevamente el gobierno anterior reconoció que el ajuste efectuado al esquema de cuentas individuales no fue suficiente y nuevamente cometió el error de continuar ajustando ese esquema fallido, cuando lo que debió hacerse era realizar un estudio profundo y derivado de ello construir un nuevo entramado integral de seguridad social que recupere los pilares público, redistributivo, integral y solidario en aras del beneficio de la sociedad mexicana.

Consideré necesario tocar estos 3 aspectos (política de desarrollo social, educación y seguridad social); debido a que los considero el basamento fundamental de cualquier nación; esto debiera ser colocado en principio en el Plan Nacional de Desarrollo, ajustándolos a lo que hoy día demandan los tiempos, que es política pública digital; lo que permitiría establecer una hoja de ruta hacia la concepción de planes y programas que nos lleven entonces sí, al establecimiento de verdaderos y serios programas de innovación y desarrollo tecnológico; de esquemas educativos duales; la captación de inversiones que contemplen empleos de alto valor agregado y la inserción de los trabajadores mexicanos en los procesos productivos de la llamada economía colaborativa.

Quiero dejar claro que no se trata de demostrarle al mundo nada; sino demostrarnos a nosotros mismos que tenemos la capacidad intelectual, técnica y tecnológica para mejorar las condiciones económicas, políticas y sociales de los ciudadanos mexicanos, brindando oportunidades a las nuevas generaciones, sin que tengan que migrar a laborar en otros países en los que el mexicano realiza una excelente labor

Algunos me han dicho que lo escrito son locuras y sueños; sin embargo, les recuerdo que está comprobado que el mundo es de los locos y que los sueños pueden construir realidades tarde o temprano.

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