Sólo el 37% de los contenidos informativos en el mundo son firmados por mujeres
Por: Paola Marín / www.muraleducativo.com
Ser mujer periodista es un acto de rebeldía, pues el ejercicio de reporteo se inscribe en un espacio público dominado por hombres. La narrativa histórica de la profesión en México ha suprimido las aportaciones de las mujeres, al tiempo que se les ha relegado a las áreas informativas estereotípicamente femeninas: sociales, climatología, chismes.
De acuerdo con información proporcionada por Lucía Lagunes Huerta, solo el 37% de los contenidos informativos en el mundo son firmados por mujeres. Ellas ocupan el 27% de los puestos directivos en empresas noticiosas, cuyas mesas de redacción son predominantemente masculinas.
En una exposición para la Cátedra Ellacuría, la directora de Comunicación e Información de la Mujer, A. C. (CIMAC) compartió con la IBERO Puebla el doble riesgo que viven las mujeres periodistas.
Por un lado, la desigualdad que persiste en oficinas y espacios de trabajo. Por otro, la vulnerabilidad de las profesionistas por razón del género y de las violencias endémicas de cada lugar.
Los géneros opinativos tienen una dinámica particular. De acuerdo con Lucía Lagunes, las mesas de debate en televisión y las columnas de medios escritos son espacios ocupados por personas que se alinean con los intereses de cada mesa editorial.
Mujeres y disidencias sexogenéricas, cuyas agendas suelen ser transgresoras, compiten en desventaja en la carrera por asir el micrófono o la pluma. “Los hombres hablan y ya está”, ironizó.
Desde 2010, se han registrado 1,357 agresiones contra mujeres periodistas por su labor; en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador se cuentan 675 casos. “Se provoca un ‘asesinato social’; hay que dudar sobre lo que ellas dicen”.
La indiferencia hacia estas violencias no solo impacta a las reporteras, sino a las mujeres en su conjunto.