A la fecha existen en el país alrededor de 166 Centros de Datos; siendo en América Latina el segundo en cuanto a número, sólo detrás de Brasil que cuenta con 166; no obstante, en México, de aquí al año 2029 se tiene prevista la construcción de 73 más.
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Por: Luis Escobar Ramos / www.muraleducativo.com

Se les denomina Centros de Datos o Data Centers a las instalaciones físicas cuyo cometido principal es almacenar los datos digitales de las empresas; lo que hoy día representa una de las prioridades de la industria, dado los ingentes volúmenes que se manejan y que se han convertido en el commodity de esta nueva era de la vida humana.

En el caso de nuestro país; las empresas Triara y Santander instalaron sus centros en el estado de Querétaro entre los años 2009 y 2010 y a partir de ahí Odata, Kio Networks, Microsoft, Amazon Web Services, Scala Data Centers, Equinix, Ascenty y CloudHQ siguieron los mismos pasos; con lo que se conformó lo que se le llama una “región de datos”; es decir, un espacio en el que se aglutinan más de tres Centros de Datos.

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A la fecha existen en el país alrededor de 166 Centros de Datos; siendo en América Latina el segundo en cuanto a número, sólo detrás de Brasil que cuenta con 166; no obstante, en México, de aquí al año 2029 se tiene prevista la construcción de 73 más; con lo que nos constituiremos en uno de los países que alberga una gran cantidad de esta infraestructura tecnológica y ello obedece en buena medida a la ubicación estratégica que tenemos, al ser vecinos de los Estados Unidos, donde tienen su asentamiento varias de las empresas involucradas.

Según la empresa Exchange International, en el mundo hay actualmente 7, 200 Data Centers; aclarando que esta historia inició mucho antes del surgimiento de la nube o del Internet; ya que, estos surgen con la aparición de las grandes computadoras, sobre todo en el ámbito militar allá por 1940.

Durante 1950, con la transformación de las incipientes computadoras y el procesamiento de datos, se da de forma rudimentaria lo que más adelante se conocería como Centros de Datos.

En las décadas de los sesenta y setenta, con el aumento de la utilización del procesamiento de datos en el entorno gubernamental y empresarial se da un fuerte crecimiento que viene acompañado de una gran sofisticación  y que para la idea central de este artículo es fundamental; debido a que es en ese momento cuando se introducen sistemas de refrigeración y de energía redundantes, lo que motivó que grandes empresas financieras invirtieran en Centros de Datos, con la finalidad de almacenar inmensas cantidades de ellos y transacciones informáticas.

En el transcurso de las décadas de los 80 y 90 se vino el fuerte desarrollo  de tecnologías de redes y computadoras personales; descentralizando los Data Centers.

Es así como llegamos al siglo XXI con la era de los teléfonos inteligentes, las redes sociales, la Inteligencia Artificial (IA), el Internet de las Cosas (IoT), la virtualización , la nube, entre otros; lo que trajo consigo el manejo de grandes volúmenes de datos; que acompañados de la evolución vertiginosa de las tecnologías nos mantiene en una vida con fuerte tendencia a la esclavización en los dispositivos y aplicaciones; lo que se agudizó, ya sea como herramienta o como ventaja y necesidad,  con la pandemia provocada por la Covid-19; que aprovecharon las empresas para impulsar el comercio digital, el teletrabajo; de forma tal que se aumentó el consumo de datos y en consecuencia el almacenamiento.

Lo apuntado con anterioridad hace evidente el gran desafío en que se han convertido la electricidad  y el agua como insumos esenciales en el funcionamiento de la infraestructura de almacenamiento de datos; lo que nos lleva ineludiblemente a buscar alternativas para la provisión y priorización de energía y agua.

No será la primera vez, ni creo que la última, en que la evolución tecnológica genere el aumento de emisiones de dióxido de carbono; sin embargo, la gran pregunta que considero debemos hacernos es: “¿en qué medida esta revolución que estamos viviendo provocará los mismos niveles o mayores de dióxido de carbono?”.

Para ir ubicando las potenciales respuestas a las interrogantes, vayamos a algunos datos que Azeem Azhar y Carl Benedikt Frey, en un documento publicado por la organización “Project Syndicate” nos dicen que; en primera instancia los datos preocupan; debido a que, las emisiones de CO2  de Microsoft aumentaron en un 30% desde 2020 motivado por la inversión en infraestructura de IA; mientras las emisiones de Google crecieron aproximadamente un 50% en los últimos cinco años.

Lo anterior marca el rumbo de las preocupaciones pero, debo también mencionar que, en descargo, es importante apuntar que se deben considerar, para efecto de un análisis completo, objetivo y correcto aspectos como la demanda y eficiencia; ya que es bien cierto que la primera de elllas, como ya lo hemos dicho, ha crecido considerablemente; más no sería honesto dejar de decir que gracias a los grandes avances tecnológicos la eficiencia ha mejorado sustancialmente y  como ejemplo tenemos que los chips de la empresa Nvidia ha mejorado y el horizonte apunta a que la siguiente generación sea cinco veces más rápida que la presente, lo que reducirá indudablemente el consumo energético.

Por hoy se nos agotó el espacio, la siguiente semana continuaremos, saludos cordiales. 

 Email: lescobarramos67@gmail.com

Twitter LUISESCOBARRAM6

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