En Trabajo en red de jesuitas busca impactos globales
Por: Paola Marín / www.muraleducativo.com
Previo al cierre de semestre, la IBERO Puebla contó con un espacio para colaboradores en el que se reflexionó sobre la importancia de construir redes de trabajo colaborativo para el bien común. Las sinergias, especialmente las de corte internacional, forman parte de las bases del paradigma pedagógico ignaciano.
Distintas labores humanitarias respondieron de forma instantánea a la guerra en Ucrania que inició el pasado 24 de febrero. Daniel Villanueva Lorenzana, SJ, vicepresidente ejecutivo de la Fundación Entreculturas, sintetizó los esfuerzos de las obras ignacianas: “Si los jesuitas locales han sido afectados por un desastre, los apoyamos y activamos la solidaridad internacional de la Compañía de Jesús”.
A decir del sacerdote español, la solidaridad con la comunidad ucraniana es la muestra más reciente de cómo funcionan las redes de colaboración que forman parte del ideario de la Compañía de Jesús desde su fundación. “Jesuita es aquel que es enviado a donde sea que haga falta”. La movilidad, explicó, forma parte de las actividades esenciales de la orden.
Los principios espirituales para el trabajo en red contemplan el compromiso hacia una misión universal y la vocación de transformación colaborativa del mundo. A ello se suma la última actualización de las Preferencias Apostólicas Universales, en la que se exhorta a caminar hacia Dios y con los excluidos, acompañar a los jóvenes y actuar para el cuidado de la casa común.
La colaboración vive momentos sin precedentes producto de la globalización y la interseccionalidad de los grandes dolores del mundo. La Compañía de Jesús cuenta con más de 70 instancias de trabajo colaborativo internacional, entre las cuales se encuentran las asociaciones educativas. “No hacemos redes por conveniencia. […] Buscamos redes para el bien de la misión”, aclaró.
Villanueva Lorenzana, SJ, valoró que la agenda de las universidades jesuitas en la última década ha promovido el trabajo global, tanto entre colegios especializados como entre instituciones de educación superior. Uno de los frutos de este trabajo fue la creación de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU) en 2019.
El objetivo final es “lograr que las instituciones accedan a un trabajo conjunto mayor que el que podrían hacer por separado. Es una manera de canalizar las oportunidades apostólicas”. El futuro, insistió el sacerdote, es fortalecer las conexiones entre creatividades para impulsar el dinamismo en las instituciones de la misión jesuita.
Como recomendaciones, Daniel Villanueva, SJ, exhortó a consolidar una identidad propia de la misión educativa de la Compañía de Jesús con el fin de que los egresados refrenden los valores ignacianos en su trabajo profesional y su vida diaria. “¿Hasta qué punto me siento parte de algo mayor?”, provocó.