Los factores sociales y culturales pueden influir en el paciente en la forma en que tome este padecimiento.
A pesar de que un diagnóstico de VIH o de SIDA no representa necesariamente una sentencia de muerte, los factores culturales, sociales e incluso estructurales pueden influir en el paciente para que tome este padecimiento de la peor forma, así lo considera el doctor José Manuel Méndez Tapia, académico investigador del Colegio de Antropología de la BUAP.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida), el doctor Méndez Tapia, quien analizó desde la Antropología las experiencias subjetivas de varones que son diagnosticados con VIH, refirió que aún existe un estigma que puede pesar más que el propio padecimiento.
Indicó que desde los primeros casos de la enfermedad hasta la actualidad, la información y la ciencia han avanzado, lo que facilitó el desarrollo de medicamentos que ayudan a las personas seropositivas a tener una vida larga y saludable y prevenir la transmisión del virus. Además, existen métodos eficaces de prevención de dicha infección.
Para el doctor Méndez Tapia lo que sucede en general es que siempre las enfermedades tienen una valoración social. El estigma en términos históricos se tendría que leer tomando en cuenta cómo se ha asociado a esta enfermedad particularmente, ligada muchas veces a la promiscuidad, drogadicción, es decir, a transgresiones sociales. Y es aquí cuando se empiezan a generar los sentimientos de culpa en el paciente.
Desde el punto de vista del investigador, el tema de la promiscuidad está presente porque hay una valoración moral de los ejercicios de la sexualidad y así lo vive la gente, sin embargo esto se tiene que cuestionar, ya que los contagios pueden ser multifactoriales.
Redacción / www.muraleducativo.com