Tumba Burros Digital
Por: Luis Escobar Ramos / www.muraleducativo.com
Como ya hemos comentado en ocasiones anteriores y de igual forma se viene haciendo en el mundo tecnológico; la inmersión de las tecnologías exponenciales en las diferentes actividades económicas de los países; con mayor énfasis en aquellos desarrollados, así como en las propias tareas cotidianas de las personas, es de un ritmo acelerado e invasivo, a tal grado que, las cifras de los posibles y factibles impactos en el empleo cambian constantemente.
Coloco como ejemplo las cifras presentadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Foro Económico Mundial de Davos casi al término de la pandemia que contemplaban una prospectiva de aproximadamente 300 millones de empleos que se perderían por los crecientes procesos de automatización y nuevas tecnologías exponenciales, incluidas las inteligencias artificiales y una posible creación de 90 millones de nuevos empleos derivados del avance tecnológico, es decir, un déficit de aproximadamente 210 millones de puestos de trabajo.
No obstante, en un corto lapso, tanto la visión como las perspectivas han cambiado; en cuanto a la visión del fenómeno, ésta se ha modificado de tal manera que, a la fecha, los procesos de automatización, las tecnologías exponenciales y las inteligencias artificiales hoy ya son vistos como uno solo; lo que necesariamente modifica la estructura, áreas y números.
En relación con las perspectivas de impactos y pérdida de puestos de trabajo, éstas se han transformado, de ello dan cuenta tanto los datos exhibidos recientemente por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la consultora Mckinsey Global Institute que, en términos generales presentan guarismos más o menos coincidentes; siendo estos que, de ahora al año 2030 entre 400 y 800 millones de personas en todo el mundo serán afectadas por la inmersión tecnológica, lo que los forzará a buscar y encontrar otra ocupación.
Es evidente que lo que estamos viviendo actualmente nada tiene que ver con lo que sucedió hace algunos años, cuando iniciaba la automatización y la inclusión de nuevas tecnologías en los procesos de trabajo; debido a que en aquel entonces cuando un trabajador perdía su puesto de trabajo por esos motivos, lo que hacía era insertarse en otra rama de industria que no estuviese pasando por esa situación y por supuesto que era factible.
Las nuevas tecnologías y las inteligencias artificiales han invadido la mayoría de las ramas de industria y servicios
Hoy el panorama no pinta igual, ya que las nuevas tecnologías y las inteligencias artificiales han invadido la mayoría de las ramas de industria y servicios, provocando una situación adversa y más complicada para los trabajadores, que hoy deben reinventarse a través de procesos que abordaremos más adelante.
El FMI a través de su Directora Kristalina Georgieva ha ido más a fondo en cuanto a los impactos de las tecnologías y las inteligencias artificiales en el empleo, incluso planteándolo como riesgos a la seguridad laboral, lo que no es descabellado porque muchos expertos, gobiernos, organizaciones no gubernamentales y de trabajadores hemos manifestado nuestra preocupación y planteamientos que lleve a elaborar una estrategia multifactorial y transversal enfocada en ejes como:
Regulación de las nuevas tecnologías, nuevos marcos laborales, procesos de capacitación y recapacitación y esquemas de ingreso básico universal, entre otros aspectos. Sin dejar de lado y reconocer que, este proceso de recambio tecnológico, por supuesto que conlleva aspectos positivos como impulsar la productividad, lo que en consecuencia conduce al crecimiento económico de los países.
Una de las razones por la que decidí abordar esta temática obedece a que este organismo internacional menciona una segmentación en cuanto a los impactos en el empleo; destacando lo siguiente:
El FMI dice que en las economías avanzadas el impacto en los puestos de trabajo será del 60%, lo que pudiese tener un alto grado de lógica, ya que, en términos de innovación y desarrollo tecnológico, al ser esos países quienes están generando el más alto porcentaje de tecnología, es ahí en donde las empresas tecnológicas aplican sus avances.
Lo que modifica sus procesos de trabajo, reduciendo el número de trabajadores, aun cuando ahí se encuentran los puestos de trabajo de mayor valor añadido, que serían impactados incluso aquellos que implican la toma de decisiones.
Otros datos interesantes tienen que ver con los mercados emergentes y los países de bajos ingresos; en los que se pronostica que, el impacto será del orden de 40 y 26% respectivamente, relacionados seguramente dichos números, con que este grupo de naciones no genera mucha innovación y desarrollo tecnológico, por lo que es evidente que, los puestos de trabajo son más orientados a actividades maquiladoras-manufactureras.
De igual forma, se asume que, los empleados de mayor edad son los más vulnerables ante la disrupción tecnológica; lo que desde mi particular óptica está vinculado con que durante mucho tiempo este segmento de trabajadores han venido desempeñándose en procesos de trabajo que prevalecieron por décadas, lo que dificulta una visión de insertarse en uno nuevo.
Así también, se pronostica que, la mitad de los puestos de trabajo tengan impactos negativos, mientras que el restante 50%, por el contrario, se pueda beneficiar de un aumento en la productividad impulsada por las inteligencias artificiales.
Buena parte de lo anterior me lleva a reflexionar sobre el potencial aumento de los impactos en las sociedades, el ensanchamiento de la brecha digital y las asimetrías económico-financieras entre países. La siguiente semana continuaremos con este tema, saludos cordiales
YA EN EL CORREDOR:
En México, en los últimos días, parecen aumentar las opiniones y coincidencias, en cuanto a la urgente necesidad de crear una ley que regule a las inteligencias artificiales; ojalá y no sólo sea parte de las campañas políticas, lo que sería lamentable, ya que desde hace algún tiempo varios hemos venido insistiendo en la pertinencia de abrir un gran debate respecto de esta materia; que si se hace de manera seria y responsable nos puede conducir al diseño de una regulación ajustada a nuestra realidad, que no es la de los países desarrollados o de la propia Unión Europea, que por cierto está ya muy avanzada en su regulación.
Luis Escobar Ramos
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