Con el lema “Espíritu que se fortalece”, la Casa de Estudios recibe a nueve universidades jesuitas de México y América Latina
Por: Paola Marín / www.muraleducativo.com
Vuelven a poblarse las gradas de la IBERO Puebla. Los Juegos Deportivos INTERSUJ 2022 regresaron luego de dos años de una angustia coronavírica que ha quedado despejada entre cánticos, aplausos y una hermandad compartida que encuentra en el deporte un pretexto para volver a convivir.
En su trigésimo séptima edición, el encuentro de cinco días verá desfilar a atletas provenientes de las universidades IBERO Puebla, Ciudad de México, Torreón, Tijuana y León, así como del ITESO de Guadalajara, el Tecnológico Universitario del Valle de Chalco y el Instituto Superior Intercultural Ayuuk.
Destaca la presencia internacional de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala y de las sedes de Cali y Bogotá de la Pontificia Universidad Javeriana.
Cada año, los INTERSUJ buscan incentivar la convivencia intercultural de una comunidad estudiantil que comparte la misma misión: hacerse cargo de la realidad. “Estamos reunidos para celebrar que podemos reencontrarnos luego de casi tres años de pandemia”, aseguró el Mtro. Mario Patrón Sánchez.
El Rector de la IBERO Puebla extendió la fraternidad de la casa anfitriona hacia sus más de 1,300 huéspedes. “El deporte es una herramienta adecuada para la formación de jóvenes conscientes, competentes, compasivos y comprometidos”. Y sumó: “Este encuentro quiere reivindicar la fraternidad y el cuidado como caminos para la construcción de futuros esperanzadores”.
La Pontificia Universidad Javeriana debuta en los INTERSUJ y se convierte en la primera institución sudamericana en participar en la justa.
Desde Rectoría se ha convocado a toda la Comunidad Universitaria a sumarse a apoyar a la delegación IBERO Puebla en una decena de disciplinas con ramas varoniles, femeniles y mixtas: desde futbol y basquetbol, pasando por atletismo y volibol hasta ajedrez y rugby. Tochito bandera se incorpora al programa como disciplina de exhibición.
La ceremonia de inauguración se convirtió en una expresión petite del espíritu olímpico. Al desfile de delegaciones le siguió el juramento pronunciado por la estudiante Mariana Buxadé Irigoyen, quien convocó a refrendar el juego limpio, la inclusión y la igualdad, así como el respeto a los valores de las Universidades Jesuitas.
No paraban de gritar y animar los jóvenes uniformados, enfrascados en una batalla de porras animada por las mascotas universitarias y el ritmo disco de KC & The Sunshine Band, interpretado por la Banda de Música del Bachillerato Oficial Sara Basave de Toxqui. Después, un número de danza contemporánea del grupo Orbe, con un balón de futbol como protagonista.
Todo en el campus de la IBERO Puebla es un ir y venir de silbatazos y gritos de euforia que ahuyentan el recuerdo de aulas vacías por el coronavirus. Como aseguró Paola Huerta Benavides a través de un video: “Ser atleta en una universidad jesuita es hacer comunidad”. INTERSUJ, celebró la estudiante anfitriona, es una experiencia para compartir.