Espacio único en su tipo a nivel nacional e internacional en cuidar la salud emocional de la comunidad universitaria con coterapeutas caninos
Por: A. Miguel / www.muraleducativo.com
El Centro de Apoyo Emocional y Terapia Ocupacional con Animales (CAETO) de la BUAP se caracteriza por ser un proyecto pionero en su área al abordar un problema recurrente en los jóvenes: la salud emocional, a la par de dar oportunidad a ejemplares caninos en situación de calle.
Desde su creación, un 30 de septiembre de 2022, centra sus esfuerzos en mejorar la capacidad de empatía de los jóvenes, su atención y autoestima; así como disminuir su ansiedad, depresión y estrés.
En el marco del primer aniversario de actividades del CAETO, la Rectora recordó que este espacio surgió debido a que varios perros encontraron en Ciudad Universitaria un lugar donde refugiarse de las inclemencias del tiempo durante la pandemia.
Recibieron cuidados y comida del personal de la Dirección de Apoyo y Seguridad Universitaria (DASU) y al regresar a las clases presenciales se sugirió hacerles un albergue.
Por otra parte, la doctora Cedillo Ramírez refirió que en respuesta a los múltiples beneficios que representa tener un animal de compañía y dada la importancia de que los jóvenes aprendan a respetar a los seres vivos y ser responsables de sus cuidados, declaró a Ciudad Universitaria un lugar pet friendly; es decir, un lugar al que se permite llevar mascotas.
En su intervención, Jorge Avelino Solís, titular de la Coordinación General de Atención a los Universitarios, afirmó que el CAETO es un espacio único por sus características: cambia vidas, porque brinda atención inmediata a quienes padecen síntomas de índole afectivo, con actividades diseñadas especialmente para la intervención asistida con coterapeutas caninos. De igual manera, resaltó que este centro trasciende a nivel nacional e internacional por cuidar la salud emocional de los universitarios.
En su oportunidad, Héctor Moisés Álvarez Peral, coordinador del CAETO, expresó que las actividades realizadas con este tipo de intervenciones superaron las expectativas iniciales del proyecto, ya que una encuesta realizada a los usuarios dio por resultado que casi el 100 por ciento de los beneficiados mostró cambios positivos en su conducta.
“La atención y apoyo emocional asistido con animales de compañía que brinda CAETO son un elemento inicial dentro de la cadena de intervención para personas con problemas de tipo emocional o psicológico; por tanto, son una herramienta más para elevar la calidad de vida de la comunidad universitaria”, insistió.
Álvarez Peral enfatizó que actualmente cuentan con 21 coterapeutas caninos con especialidades en aspectos emocionales, relacionales, de convivencia individual y grupal, así como en ejercicios de guardia y protección. Las sesiones se proporcionan de 9:00 a 17:00 horas.
Posteriormente, explicó que la atención a los usuarios se realiza mediante un código QR, para así contestar una solicitud y elegir el tipo de servicio. También indicó que este espacio dispone de un consultorio de apoyo emocional, circuito para ejercicios con rampas, mesas, obstáculos, sube y baja, y un área de pasto sintético en donde usuario y coterapeuta interactúan en un ambiente propicio para la relajación.
El festejo del primer aniversario del CAETO inició con una caminata canina de dos kilómetros al interior de Ciudad Universitaria, encabezada por la Rectora Lilia Cedillo Ramírez; concursos de carreras de mascotas con sus propietarios -en éste participó la Rectora-, de obediencia canina y otras actividades recreativas. La celebración de los logros de este espacio culminó con la degustación de un pastel de aniversario, mientras un mariachi entonó las tradicionales mañanitas.
Al evento acudieron miembros de la comunidad universitaria, como el vicerrector de Investigación y Estudios de Posgrado, Ygnacio Martínez Laguna; los directores de la Preparatoria Alfonso Calderón Moreno, Concepción Meneses Juárez; del Archivo Histórico Universitario, José Armando Vargas Correa; de Comunicación Institucional, Edwins García Hernández; además del maratonista poblano, Sergio Jiménez Cancino.