Tumba Burros Digital
Por: Luis Escobar Ramos / www.muraleducativo.com
Hemos terminado el año 2023, mismo en el que tuvimos en el mundo laboral y tecnológico acontecimientos importantes, tanto positivos como negativos, que impactaron e impactarán a un gran número de personas; debo decir que, como ya lo he mencionado en otras ocasiones, vivimos tiempos de cambios vertiginosos; los que provocan incertidumbre, lo que también nos ha llevado a revisar dichos fenómenos, con la finalidad de hacerles frente.
Hace 3 días iniciamos el año 2024, en el cual les deseo felicidad, salud y éxito en sus proyectos en curso o nuevos; debo destacar que nuestro país requiere del esfuerzo, trabajo y compromiso de todos y cada uno de nosotros, pero sobre todo, desde mi muy personal punto de vista, necesitamos estimular a los jóvenes, que hoy ya son mayoría y que requieren el impulso, formación y capacitación, ya que en lo inmediato serán quienes tomen las riendas en los diferentes ámbitos del quehacer nacional.
La última decena del mes de diciembre y también última del año, decidí dedicarla a leer uno de los libros que me regalé en mi cumpleaños y que desde que lo vi atrajo mi atención, me refiero a “El TRABAJO YA NO ES LO QUE FUE”, escrito por uno de los primordiales referentes del mundo del trabajo, como lo es el francés Alain Supiot, quien nació en Nantes el 5 de junio de 1949, con un recorrido destacado y extenso tanto en su país como a nivel mundial, resaltando que en el año 2017 fue miembro de la Comisión Mundial sobre el Trabajo del Futuro de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Misma que produjo un llamativo e influyente informe titulado “Trabajar para un futuro más prometedor”; es de reconocer que dentro de dicho grupo, fue el único profesor de Derecho del Trabajo que estuvo integrado; resalto lo anterior, debido a que como ya dije en líneas precedentes, actualmente es fundamental estudiar el fenómeno de la nueva era digital, sus impactos y consecuencias, ligado por supuesto a la crisis ecológica que vivimos.
Por lo ya citado, he decidido dedicar las primeras entregas del año de esta columna a realizar un análisis de este libro de Supiot, que investiga las relaciones y nexos entre justicia, mercado, nuevas tecnologías y lazos sociales, conduciendo a un diálogo con las ciencias sociales y humanas.
Esta obra resume de manera atrayente la lección de clausura de la cátedra Estado Social y Mundialización, que nos lleva a un Análisis Jurídico de las Solidaridades (2012-2019) del College de France, la cual fue dictada el 22 de mayo de 2019; en ella se recalca que el trabajo no es una mercancía (tal y como siempre lo hizo notar el destacado Maestro del Derecho laboral mexicano Héctor Barba García); abundando, de igual forma, en el contenido y sentido del trabajo en el siglo XXI.
Así también, se aborda La Justicia en el Trabajo, a través del resumen de la Conferencia de apertura del Rendez- Vous de l´Histoire organizado por la alcaldía de Blois, en su edición acerca del trabajo del 8 de octubre de 2021.
Supiot se propuso en su cátedra de Estado Social y Mundialización examinar el primero desde la perspectiva del mundo, tal y como es y tal y como querríamos que fuera, con énfasis en el estatuto que se atribuya al trabajo; en ello deja de manifiesto sus preocupaciones conceptuales de asignarle al trabajo del hombre el más amplio sentido “más allá del empleo “, lo cual ha tenido una amplia proyección, convirtiéndose en el título de la obra publicada por Flammarion.
La cual, contiene un apartado denominado “Informe Supiot” que habla sobre las transformaciones del trabajo y del derecho del trabajo en Europa; que invoca con amplitud la necesidad de abarcar múltiples formas de trabajo no remuneradas, que se presentan tanto en la vida familiar como en la asociativa, que tienden a ser ignoradas o hacerse invisibles pero que en contraposición tienen gran significación social.
Debe existir una concepción de un “trabajo realmente humano”.
La preocupación alcanza la incidencia del trabajo humano en el entorno ecológico, que conforma una de las causas más relevantes del desajuste y alteración climáticos o de la pérdida de la biodiversidad, para lo cual dice: debe existir una concepción de un “trabajo realmente humano”.
Otro aspecto que llama mi atención en dicho informe, por su trascendencia social, es el relativo a garantizar la continuidad del sistema de protección, aún más allá de los empleos, esto bajo un contexto de discontinuidad creciente de las relaciones laborales; ya que actualmente cada trabajador o trabajadora pasa por múltiples transiciones en su vida laboral: como del empleo a la desocupación, de asalariado formal a la informalidad, a la desocupación o al desempeño independiente, a instancias formativas, al cumplimiento de obligaciones familiares, cívicas o políticas, entre otras.
Ante lo anterior, el Informe propone la necesidad de oponer a la discontinuidad de las carreras el aseguramiento de la continuidad del “estado profesional de las personas” y en consecuencia, la atención de las necesidades de tutela del trabajador, más allá de la diversidad de situaciones vividas. Perspectiva que con su impulso se logró materializar en su país a través de la llamada “Cuenta personal de actividad” por medio de la Ley del 17 de agosto de 2015, que fija derechos de crédito que acompañan la trayectoria personal, cubre aspectos formativos y de prevención de riesgos, al mismo tiempo que reconoce actividades benéficas, voluntarias o de asistencia a las que el individuo puede dedicarse pese a tratarse de tareas no valorizadas como prestaciones salariales según la lógica de los mercados.
La siguiente semana continuaremos……..saludos cordiales.
Luis Escobar Ramos
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