Se desarrolla en la BUAP el IV Congreso de Investigadoras del SNI y de Iberoamérica
Por: A. Miguel / www.muraleducativo.com
A pesar de una mayor participación de las mujeres en la educación superior en México, aún se aprecian sesgos que se reflejan en la presencia que tienen dentro de la investigación; por ejemplo, en ingenierías y ciencias exactas representan sólo 23 por ciento, mientras que a nivel mundial 71 por ciento del total son hombres y sólo 29 por ciento son mujeres.
Esta disparidad es motivo de reflexión para el IV Congreso de Investigadoras del SNI y de Iberoamérica, celebrado en la BUAP del 10 al 12 de noviembre.
Durante su mensaje virtual, la Rectora Lilia Cedillo Ramírez señaló que para la universidad es un orgullo y compromiso impulsar el crecimiento de las mujeres en las diferentes áreas que involucran la generación del conocimiento, a partir del pensamiento crítico. Por ello, celebró la participación de investigadoras de diferentes instituciones, así como de jóvenes estudiantes.
Para esta edición se contará con la participación de más de 6 mil investigadoras de 28 países, quienes podrán escuchar mil 26 ponencias y la exposición de 400 carteles. Todas estas actividades se llevarán a cabo de manera simultánea en diferentes salas y otras más se celebrarán en formato híbrido.
En esta inauguración también participaron la Abogada General de la BUAP, Miriam Olga Ponce Gómez, quien mencionó que de este encuentro saldrán reflexiones que abonen a mejorar las políticas públicas de inclusión.
También, la doctora Angélica Mendieta Ramírez, presidenta del IV Congreso de Investigadoras del SNI y de Iberoamérica; la maestra Daniela Romero García, representante del Consejo Estatal de Ciencias y Tecnología (Concytep); y la investigadora Luciana Panke, de la Universidad Federal de Paraná.
Los retos y el papel de las mujeres en la ciencia
Los trabajos de este cuarto congreso iniciaron con un panel en el que se discutió la participación de las mujeres en la generación de conocimiento científico y tecnológico. La doctora Silvia Elena Giorguli Saucedo, del Colegio de México, habló sobre algunos factores que explican el persistente desequilibrio de género en las trayectorias académicas.
Al respecto destacó que en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) la presencia femenina en áreas vinculadas a las ciencias exactas y la ingeniería representa una participación de sólo 23 por ciento, a diferencia de las ciencias naturales y humanidades donde es de más del 50 por ciento.
Respecto a la distribución en cuanto a niveles establecidos por el SNI -donde el 61 por ciento del padrón son hombres-, la académica indicó que en el más alto estándar (nivel III), sólo 27 por ciento son investigadoras; mientras que en el nivel II, 35 por ciento del total son mujeres.
En su intervención, la doctora Beatriz Gutiérrez Müller cuestionó por qué la productividad de las mujeres que hacen ciencia en México es menor a la de sus colegas varones.
A esta interrogante respondió que si bien incide el tiempo que les dedican a otras tareas, como la crianza de los hijos, son también importantes las instituciones que certifican: los comités editoriales y las comisiones evaluadoras conformadas en su mayoría por hombres, quienes al momento de evaluar el trabajo de las investigadoras, no toman en cuenta que las condiciones que rodean este desempeño no son justas.
“Para lograr una equidad real es indispensable competir en condiciones equitativas. Más de una vez he dicho que los hijos deberían formar parte del CV de las mujeres, así como su estado civil, no sólo como información, sino como circunstancia vital que define el quehacer”, subrayó.
Por su parte, la doctora Arianna Becerril García, directora ejecutiva del Redalyc, resaltó que en 2019 se reformó el artículo tercero constitucional, fracción quinta, en el que se dictó el acceso abierto al conocimiento, lo que sentó un marco legal sin precedente en nuestro país; sin embargo, indicó que a pesar de esta reforma, no se puede perder de vista que el sistema mexicano sigue operando en el modelo neoliberal, el cual trata a la ciencia como un producto comercial, sostenido por rankings y por la pertenencia a la base de datos, en los que la moneda de cambio es la citación y donde el género femenino es citado 30 por ciento menos que el género masculino.
En este punto, advirtió la investigadora, surgen los retos para las universidades para que cambien las estructuras y modelos de comercialismo que generan dicha exclusión.
La doctora Becerril García propuso que las universidades regresen a dar valor a la ciencia por el beneficio y relevancia social que conlleva el conocimiento generado en las instituciones. El SNI tiene que mirar, dijo, a la ciencia abierta.
Señaló que entre 11 y 14 por ciento de las revistas de ciencia son editadas por las universidades, mientras que el resto pertenece a editoriales comerciales, las cuales establecen sus propios criterios para publicar, lo que conlleva a la pérdida de infraestructura mexicana en la comunicación científica.
Cuestionó el recurso público empleado por el país en el pago por acceder a bases de datos, cuyas descargas corresponden al 33 por ciento del total que se hace en el mundo, de ahí la necesidad de fortalecer y estimular las publicaciones dentro de las universidades, lo mismo que sus repositorios, a fin de cambiar esos esquemas comerciales que se centran sólo en publicar, olvidando que la ciencia tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de la sociedad.
Para conocer más sobre los trabajos de este encuentro, en el que participará la Rectora Lilia Cedillo Ramírez con una conferencia magistral para el cierre de este encuentro el próximo sábado 12 de noviembre, se puede consultar la página https://www.facebook.com/profile.php?id=100078388418761