
Tumba Burros Digital
Por: Luis Escobar Ramos / www.muraleducativo.com
.Desde los años setenta la hegemonía económica mundial fue sentando las bases para que a partir de la década de los ochenta permeara en el mundo la corriente económica conocida como neoliberalismo, que de manera muy clara se identifica por las frases que lo resumen: “dejar hacer y dejar pasar” y “menos Estado y más mercado”; es decir, esta corriente ha promovido desde entonces quitarle fuerza a los Estados Nación y otorgárselo a los particulares; de igual forma, se ha distinguido por privatizar un gran número de servicios esenciales que, con base en tratados internacionales y cartas magnas tienen como obligación proveer los gobiernos; sin embargo, al privatizarlos se han convertido en lucrativos negocios para empresas trasnacionales y unos cuantos empresarios de los países, sobre todo sub desarrollados; mientras que en el otro extremo, se han ensanchado las brechas de desigualdad y pobreza; lo que evidencia el grave daño social que ha conllevado.
Pero el avance que han logrado las fuerzas de derecha y el poderío económico mundial no son tan sólo mérito de ellos; sino que en muy buena medida están relacionados con la falta de organización y respuesta de las endebles izquierdas; salvo honrosas excepciones en uno que otro país; me atrevo a decir que, éstas han ingerido el discurso neoliberal sin hacer gestos, olvidando su ideología económica, política y social; dentro de este segmento desde hace más de 3 décadas se encuentra el sector obrero, que a través de los sindicatos han mostrado incapacidad y falta de interés para realizar los ajustes necesarios que les permitiesen poner a los trabajadores a la vanguardia; actualizando sus tácticas y estrategias de lucha y promoviendo la capacitación de la fuerza laboral para, hacer frente al complejo desarrollo tecnológico que el mundo vive desde hace ya varios años.
Carente de una óptica integral (social-política-económica) la izquierda sólo ha mantenido en los últimos años una actitud defensiva, tal y como lo menciona el Manifiesto Aceleracionista; en consecuencia, no hay una idea clara y contundente de plantear al mundo un proyecto alternativo basado en solidaridad, igualdad y otros elementos que permiten el avance social.
La segunda parte del Manifiesto se centra en el Interregnum (el espacio entre 2 reinados, gobiernos o periodos de autoridad, en el que un Estado u organización está sin gobernante o autoridad central o dicho de manera más concreta, está relacionado con una brecha o discontinuidad en la sucesión de líderes), si hablamos de aceleracionismo de inmediato surge en escena el capitalismo; que en su ADN lo lleva; es así que, tal y como se dijo hace más de 10 años la dinámica ha sido y sigue siendo la búsqueda de crecimiento económico firme; una competencia rapaz entre entidades, el desarrollo continuo para ampliar los márgenes de ventaja competitiva y siendo acompañado todo lo anterior de una gran fractura social y es aquí en donde ubico lo certero del manifiesto; debido a que en su aplicación el neoliberalismo despliega fuerzas de destrucción creativa para despejar el camino a las innovaciones tecnológicas y sociales, con lo que nadie podrá negar que lo plasmado en el texto que nos ocupa infortunadamente se está cumpliendo.
Se percibe que el capitalismo apunta a que a través de la vertiginosa velocidad de los acontecimientos se dará una transición global que tiene como base el impulso y desarrollo permanente de las tecnologías y en realidad actualmente es lo que está sucediendo con la disrupción tecnológica emergente y especialmente con las inteligencias artificiales generativas y la pretensión de alcanzar la tan ansiada Inteligencia Artificial General (IAG); cuyo riesgo radica en la sustitución de trabajadores ya no sólo del ramo de actividades repetitivas y administrativas; sino ahora invadiendo terrenos de las actividades creativas y directivas; es decir, llevando a un grupo de seres humanos a la obsolescencia y en consecuencia un shock social provocado por el desempleo y la eliminación de derechos sociales como la seguridad social.
No debemos perder de vista lo que el neoliberalismo está ocasionando en cuanto a la imagen de modernidad que pretende transmitir, pero que si observamos detenidamente ubicaremos que lo plasmado en el manifiesto hace doce años también se ha ido cumpliendo; ya que en el otro extremo de la modernidad lo que encontramos es la muerte de la creatividad y la inventiva; de igual forma, lo que se apuntaba en cuanto al impulso de grandes cadenas de suministro globales se ha materializado completamente; ahora sólo siendo interrumpida temporalmente por conveniencias norteamericanas en la guerra fría tecnológica que libra Estados Unidos con China.
Así también es evidente la reducción del segmento del cognitariado de trabajadores intelectuales que día a día ven más cercana su reducción y posible extinción; como prueba de ello están las luchas recientes de los sindicatos de guionistas y escritores; de actores y actrices y de los trabajadores del principal sindicato de la industria automotriz de los Estados Unidos, que afortunadamente ya tienen en el radar los riesgos que están enfrentando.
Por hoy se nos agotó el espacio, la siguiente semana continuaremos, saludos cordiales.
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