Los arquitectos y urbanistas son el instrumento, la herramienta que interpreta las necesidades de la sociedad para concretar una ciudad más humana
Por: Uriel A. / www.muraleducativo.com
Si se comienza a trabajar por una apropiación social, seguramente se tendrá una ciudad y sociedad más sana, que va a poder enfrentar mejor sus necesidades y ofrecerán condiciones positivas para el desarrollo de la comunidad, enfatizó Octavio Flores Hidalgo, catedrático de la Facultad de Arquitectura de la UPAEP.
Agregó que a partir de la pandemia del Covid-19, se vivieron una serie de fenómenos que no estaban en las manos de las personas, como es la misma presencia de la enfermedad que parece estar más controlada, pero la parte de las secuelas que ha dejado, es el camino que estamos comenzando.
Dijo, pareciera contradictorio, pero no somos los arquitectos o urbanistas, los más indicados para embellecer la ciudad, nosotros somos el instrumento, la herramienta que interpreta las necesidades de la sociedad.
Indicó que uno de los grandes cambios que se están viviendo socialmente son el cambio de lo rural a lo urbano, porque ahí van incluidos valores y actitudes, son procesos que la gente misma ha cambiado al darse una migración de un lugar a otro.
Y que va cambiando sus formas de vivir y de pensar, y que a la vez provocan un sentimiento general de falta de normas y seguridad por no saber a dónde se está metiendo la gente y de cómo se incorporan a determinados grupos sociales.
Se nos está olvidando la vida y la humanización del territorio
Flores Hidalgo advirtió que por el ritmo de vida que se lleva, estamos formando ciudades funcionales a partir de los vehículos, a partir del transporte y del flujo de mercancías y personas, y se nos está olvidando la vida y la humanización del territorio.
Otro problema serio en la modernidad es que a los ciudadanos se les ha enseñado a consumir y se ha vuelto esa válvula de seguridad los espacios comerciales, que han provocado que se incremente la dinámica de consumo y deterioro de las condiciones de vida de un territorio a partir de esta explotación del suelo.
Sino realmente de integración, ya que la polarización ha permitido la separación de los grupos, ha permitido falta de comunicación y es ahí en donde el espacio urbano ha afectado en una sociedad que se está enfermando a partir de la falta de articulación.
Apuntó, hay que poner atención en el diseño urbano, porque estamos enfrentando los espacios abiertos contra los espacios cerrados, los espacios residenciales exclusivos, incluso de interés social versus con el resto de la ciudad, al convertirse en “ghettos”, se convierten en espacios que comienzan a tener rupturas.