Enfermos terminales deben tener derecho a decidir cuándo y cómo morir. Revela estudio de la UVM
Por: Paola Marín / www.muraleducativo.com
Un apoyo aparentemente mayoritario hacia el derecho de las personas muy enfermas a decidir sobre el final de su vida, revela la encuesta “Hacia una muerte digna. ¿mexicanos a favor o en contra de la eutanasia?”, realizada por el Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México (UVM).
La encuesta que tenía como finalidad conocer la postura de los ciudadanos acerca de las decisiones médicas que se pueden tomar al final de la vida. Así, 72% de los mexicanos piensa que la eutanasia debería legalizarse en el país, 14% considera que esto no debería ocurrir y 14% prefirió no tomar una posición al respecto.
En cambio, sobre el suicidio médicamente asistido 52% piensa que debería contemplarse en la ley y para 32% esto no debería ocurrir. Respecto a la sedación terminal, procedimiento médico que ayuda a controlar el sufrimiento en pacientes en etapa terminal, 68% se muestra a favor de que exista una implementación con bases legales, mientras que 18% se opone.
Asimismo, el 86% está de acuerdo con la frase las personas que tienen una enfermedad terminal deberían tener derecho a solicitar voluntaria y libremente la muerte. Un porcentaje similar, 85%, está de acuerdo en que los enfermos terminales deben tener derecho a decidir cómo y cuándo morir.
Sin embargo, el respaldo disminuye cuando se plantean escenarios que implican una participación activa de otras personas distintas al paciente, en algún proceso vinculado a la terminación de la vida.
Voluntad anticipada
De acuerdo al centro de opinión de la UVM, la encuesta revela que únicamente 39% opina que personas con una enfermedad terminal en México tienen una muerte digna. A pesar que la Ley de Voluntad Anticipada se aprobó en 2008 en la Ciudad de México, siguiéndole otras entidades, 50% desconoce la regulación, 39% la conoce poco y 11% la conoce.
La ley, que favorece la atención y los cuidados paliativos, así como la decisión de la persona de someterse o no a tratamientos o procedimientos para prolongar su vida, se considera que ayudaría a las personas a tener una muerte digna (76%) y; 9 de cada 10 considera que esta ley es necesaria.
¿Quién decide sobre la muerte?
Aunque alrededor de 90% considera que una persona con enfermedad terminal tiene derecho a decidir sobre su muerte, encontramos distintas manifestaciones que ponen en tela de juicio tal aprobación, esto puede verse al plantear un supuesto.
En el caso de un enfermo terminal que ha tomado la decisión de cómo desea morir, 44% opina que es una decisión que debe tomar solo el enfermo y 56% cree que debe consultar con un médico.
Ante ese mismo escenario, 63% considera que esa decisión depende únicamente del enfermo y 37% piensa que debe consultarlo con la familia.
Sin duda la familia y los médicos son actores que pueden jugar un papel en la decisión del enfermo terminal y el rumbo que esta tome. Al preguntar qué ocurriría si un enfermo terminal toma la decisión de terminar con su vida, pero esta decisión atenta contra las creencias de la familia, 71% piensa que la familia no respetará la voluntad del enfermo y 21% que sí será respetada.